Su concepto idealizado de mujer pervivió hasta bien entrado el siglo XVI. Se ha pensado que Laura en realidad es una figura simbólico-alegórica y no una mujer de carne y hueso. Laura sería el femenino de "lauro", es decir, laurel, el símbolo italiano del premio a la belleza poética creada. A su vez, Laura ha sido identificada con "l'aura", el aire, elemento vivificador del poeta.
De ella se enamora el gran humanista y poeta italiano Francesco Petrarca pero ella no le corresponde ya que al parecer es una mujer casada.
Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra,
y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;

y nada aprieto y todo el mundo abrazo.
Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra,
ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.
Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.
Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado.
Por: María Rodríguez y Nina Treviño
No hay comentarios:
Publicar un comentario